lunes, 21 de enero de 2008

Impresiones y paisajes. Escuchando a Sarah Vaughan. Creatura Nº 25.

Escuchando a Sarah Vaughan.

Escuchando cantar a Sarah Vaughan, una canción cualquiera cantada por Sarah Vaughan, tiene uno la impresión de que nadie mejor que ella podría haber cantado esa canción. Luego, a veces, sucede que eso no es cierto, que otra la ha cantado mejor, pero ya da lo mismo, porque la versión buena es la que oíste cantar a Sarah Vaughan.
¿Qué canta Sarah Vaughan? La Divina canta las mismas canciones que antes, después o al mismo tiempo cantaban Ella Fitzgerald, Billie Holliday, Julie London, Sinatra, Diana Krall,… Sarah canta standards clásicos de la música popular americana. Jazz. Canta a Irving Berling, los Gershwin, Cole Porter, Hammersteint, y demás. Sarah es una gran dama del jazz. La tercera en discordia. Pero la favorita de muchos que la oímos cantar Fly me to the moon mucho peor de lo que lo hizo Julie London, o The way you look tonight peor que a Billie Holliday. Pero a quién le importa quién fue la mejor si la que suena ahora, en mi cabeza, es Sarah.
No es la que aparece en todas las compilaciones. Ni la que adoran los japoneses. No es la que hizo dúos con Satchmo, es Sarah, La Divina, la grande, la voz que arropa y acompaña y que suena después tanto rato en la cabeza: this foolish things remind me of you, si los cigarrillos me recuerdan a Sarah Vaughan que murió de un cáncer de garganta y no dejó de fumar nunca.
Escuchando cantar a Sarah Vaughan se entiende mejor la grandeza de esos hermanos judíos y neoyorquinos, los Gershwin, que hacían “cancioncitas” de musical. Y se entiende cómo fue posible que ese tipo insignificante que se parece tanto físicamente a Pedro Salinas compusiera alguno de los clásicos modernos más impactantes. Y no sólo en musicales. Ni en música popular. Escuchando a Sarah Vaughan se comprende la grandeza que se esconde en ese primer acorde de clarinete de Rapshody in Blue.Pero sobre todo escuchar a Sarah es escucharla cantar The man I love y desear, anhelar que seas tú a quién esa mujer le canta esa canción, a quién esa mujer espera y dará un día la mano y te reconocerá porque lleva todo el tiempo del mundo esperándote sin tú saberlo, sin ella saberlo. Sólo los Gershwin y Sarah lo sabían. Sólo ellos que el amor se espera. Some day he’ll come along the man I love. Todos esperaremos que ese día sea Sarah quien espera al otro lado de la canción.

La Divina en plena actuación.